abril 12, 2009

Jueves Santo

Estas ahí, en lo alto de la montaña, tan majestuoso. Apenas un día antes pude ver tu rostro en el cielo y ahora te presentas ante mí, un poco más escondido, pero se que estás aquí para continuar nuestra plática y prepararme para el día de mañana.

Hace unos meses viví en un sueño durante 3 días, Tú ibas a mi lado, me dejaste abrazarte y consolarte en tu caminar hacia Getsemaní. Hoy, en esta noche santa, me escogiste de nuevo, caminé junto a Ti y recorrimos juntos siete senderos, esta vez de manera más perfecta, pues eres Tú realmente.

No quiero olvidar ni un detalle de este día y comienzo a escribir todo lo que estamos platicando, tus palabras son difíciles de plasmar en un papel, pero mi corazón las entiende a la perfección.


Cuando creo haber terminado, me encuentro con una carta en la que respondes a toda mi oración y además enviaste a un muy joven mensajero, lo pusiste al lado mío para que reconociendo su total sencillez e inocencia, mi corazón se transformara y finalmente pudiera desprenderme de todo aquello que me impedía seguir tu plan.


Lo que comenzaste a obrar en mí el lunes, hoy lo has llevado al máximo. Lo veo a él platicando contigo, con sus pequeñas manos juntas y sus ojitos cerrados, se va y de pronto entra corriendo con un regalo para Ti y lo pone a tus pies. Por más que trato de concentrarme en mi oración, no puedo evitar verlo y con esto haces que nazca en mi corazón un sentimiento que jamás pensé tener.

Dijiste en una ocasión "dejad que los niños vengan a mí..." y ahora me dices más que eso, no solo deseas que "no se los impida" sino que los acerque!! y rompes con la soledad de mi oración en varias ocasiones para propiciar encuentros con ellos y hablarles de Ti.

Hoy comienza tu Pasión y junto contigo empieza a morir en mí todo aquello que cargaba, que me lastimaba y por lo cual Tú ya has pagado.

1 comentario: