abril 20, 2009

Viernes Santo


"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"

Jesús muere con serenidad, con paz, su oración es de confianza en Dios. Se abandona en las manos de su Padre. Estas palabras nos hacen pensar que debemos de cuidar nuestra alma, no sólo nuestro cuerpo. Jesús entregó su cuerpo, pero no su alma. Devolvió su espíritu a su Padre no con grito de rebelión sino con un grito triunfante. Nadie nos puede quitar nuestro espíritu. Es importante recordar cual es nuestro destino en al vida para no equivocarnos de camino a seguir. Jesús nunca perdió de vista su meta a seguir. Sacrificó todo para alcanzarla. Lo más importante en la vida es la salvación de nuestras almas. (http://www.catholic.net/)

abril 12, 2009

Jueves Santo

Estas ahí, en lo alto de la montaña, tan majestuoso. Apenas un día antes pude ver tu rostro en el cielo y ahora te presentas ante mí, un poco más escondido, pero se que estás aquí para continuar nuestra plática y prepararme para el día de mañana.

Hace unos meses viví en un sueño durante 3 días, Tú ibas a mi lado, me dejaste abrazarte y consolarte en tu caminar hacia Getsemaní. Hoy, en esta noche santa, me escogiste de nuevo, caminé junto a Ti y recorrimos juntos siete senderos, esta vez de manera más perfecta, pues eres Tú realmente.

No quiero olvidar ni un detalle de este día y comienzo a escribir todo lo que estamos platicando, tus palabras son difíciles de plasmar en un papel, pero mi corazón las entiende a la perfección.


Cuando creo haber terminado, me encuentro con una carta en la que respondes a toda mi oración y además enviaste a un muy joven mensajero, lo pusiste al lado mío para que reconociendo su total sencillez e inocencia, mi corazón se transformara y finalmente pudiera desprenderme de todo aquello que me impedía seguir tu plan.


Lo que comenzaste a obrar en mí el lunes, hoy lo has llevado al máximo. Lo veo a él platicando contigo, con sus pequeñas manos juntas y sus ojitos cerrados, se va y de pronto entra corriendo con un regalo para Ti y lo pone a tus pies. Por más que trato de concentrarme en mi oración, no puedo evitar verlo y con esto haces que nazca en mi corazón un sentimiento que jamás pensé tener.

Dijiste en una ocasión "dejad que los niños vengan a mí..." y ahora me dices más que eso, no solo deseas que "no se los impida" sino que los acerque!! y rompes con la soledad de mi oración en varias ocasiones para propiciar encuentros con ellos y hablarles de Ti.

Hoy comienza tu Pasión y junto contigo empieza a morir en mí todo aquello que cargaba, que me lastimaba y por lo cual Tú ya has pagado.

Lunes Santo

Me llegó una triste noticia, partió a la Casa del Padre doña Rafaela, una mujer muy importante en mi vida aunque no la conocí, ya que gracias a ella hoy tengo cinco amigos maravillosos que me han hablado muchísimo de Dios en distintas ocasiones; llenan mi corazón del gran amor del Padre con solo ver cómo viven, cómo se aman, ni se diga cuando hablan o cantan al Señor. Hoy es el día de acompañarlos en su pérdida, me uniré en oración con ellos y les diré cuánto los quiero; por lo mucho que han hecho por mi, ahora me toca a mi hacer algo por ellos, orar.

Estoy aquí, a su lado frente al Altar, sus lágrimas son mis lágrimas también, pero noto que hay algo diferente su tristeza, veo que hay fortaleza, hay confianza, hay amor y claro, también hay humor, ese no lo pierden nunca, pues son tan fieles a la Palabra del Señor, que no dudan en seguir el mandato que San Pablo dió a los filipenses aún en un momento tan difícil como este.

Ahora elevo a Dios mi oración por ellos, pero como ya es Su costumbre, Él me interrumpe y se pone a hablar, me habla a través de las palabras y el canto de Myriam y detrás de estas palabras y estas notas, el Señor marca en mi corazón su mensaje.

Es Semana Santa, se acerca el día de la muerte de Jesús, pero también de su gloriosa Resurrección. Yo estoy de rodillas, agonizando frente a Él, duele mucho, ha sido muy pesado, demasiado cansado, he tenido muchas dudas, mucho miedo, pero es tiempo de morir, adherir a la Cruz todo eso que guardo en mi alma, para después poder resucitar junto con Él y tener una vida nueva.

Si todo esto ocurrió hoy y a penas vamos en Lunes.. ¿qué pasará el resto de la semana?


abril 07, 2009

Pedagogía de la Fe

“De la calidad de la educación depende la calidad de vida, la superación de la pobreza, el nivel cultural y la nobleza de las relaciones humanas de un pueblo”, así lo afirmaron los Obispos de Chile en un comunicado sobre la educación, familia y pluralismo en el 2006.

Vivimos en una época en la que el hombre tiene como centro al conocimiento, su gran ambición es llegar a conocer más; incluso podemos hablar de que nosotros habitamos en la “ciudad del conocimiento” donde destacan la infraestructura y los avances tecnológicos; por otro lado, las grandes economías del mundo destinan una gran parte de su presupuesto a la investigación, grandiosos descubrimientos, sin embargo nada de esto ha servido para dar verdadera calidad de vida, superar la pobreza, aumentar el nivel cultural, ni mucho menos para que haya nobleza en las relaciones humanas de un pueblo

El Padre Ernesto María Caro escribía en una reflexión que vivimos en un mundo en el que se ignora la fe, en un mundo que ha sacado a Dios de todos sus ambientes con el pretexto de libertad y “pluralidad”. Lo hemos sacado de las escuelas, de los deportes, del gobierno, hasta de nuestras propias casas. Inclusive muchos de los que se dicen cristianos, tienen a Dios recluido cuando más a una visita llena de distracciones en la Misa dominical.

Cobra, pues, gran importancia la formación religiosa y moral para poder hablar de una formación integral de la persona. La pedagogía se convierte en una herramienta importante para transmitir la fe; es prudente adaptar en beneficio de la educación en la fe las técnicas de la educación en general, pero es importante tener en cuenta la originalidad de la fe. Cuando se habla de pedagogía de la fe, no se trata de transmitir un saber humano, aun el más elevado; se trata de comunicar en su integridad la Revelación de Dios.

Más adelante se dedicarán aquí algunas entradas para plantear el papel fundamental que juegan los padres, así como la escuela y la parroquia como apoyo a éstos en esta enseñanza de la fe.

Pax et Bonum!

Era el 5 de Octubre del 2007, al día siguiente de la gran fiesta. Tomé el tren pensando que llegaría a esa ciudad santa pero no fue así, llegué a otro lado y no sabía cómo alcanzaría aquella ciudad tan alta. Tu mano me guió y finalmente estaba ahí, a sus puertas, con el corazón palpitando muy fuerte de emoción. Quise recorrer todo aquello rápidamente pues sabía que era un sueño del que pronto despertaría, pero de repente vi que estaba perdida, saliendo del camino, fue así como me di cuenta que debía caminar más despacio, poniendo mayor cuidado de dónde pisaba, lo que me rodeaba, las cosas que hacía.

Al caer la tarde me encontré frente a una inmensa casa, Tú me invitaste a entrar y aunque me hablaste en un idioma extraño, saciaste mi hambre, llenaste mi alma. Me senté frente a la tumba de aquel hombre tan querido por Ti, yo no lo conocía muy bien, pero eso no fue impedimento, tuvimos una hermosa charla en la que él me habló de su vida, de su pobreza, de su entrega, de su humildad, de la gran historia de amor entre Tú y él, me habló también del gran amor que compartió con la Dama Transparente, quien se desprendió de sus rubios cabellos para entregarse toda a Ti.


Me impulsaste a tomar aquel tren para que pudiera encontrarme con el Pobrecillo y su fiel compañera, forjaste una gran amistad entre nosotros por lo cual te alabo y te bendigo noche y día. Gracias Señor porque su vida ha dado luz a mi vida, su vocación ha guiado mi vocación, porque al conocerlos a ellos te he conocido más a Ti.

Las palabras que elevó a Ti el amante de la dama pobreza hacen eco en mi alma y las repito cada día con todo mi corazón:
"Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna."

Han pasado 800 años desde que iniciaste tu obra a través de él y su saludo de Paz y Bien sigue recorriendo toda la Tierra. Concédeme Señor, al igual que a Francisco y Clara, tener un corazón humilde y puro para poder ser portadora de tu mensaje de amor. Amén.