abril 07, 2009

Pedagogía de la Fe

“De la calidad de la educación depende la calidad de vida, la superación de la pobreza, el nivel cultural y la nobleza de las relaciones humanas de un pueblo”, así lo afirmaron los Obispos de Chile en un comunicado sobre la educación, familia y pluralismo en el 2006.

Vivimos en una época en la que el hombre tiene como centro al conocimiento, su gran ambición es llegar a conocer más; incluso podemos hablar de que nosotros habitamos en la “ciudad del conocimiento” donde destacan la infraestructura y los avances tecnológicos; por otro lado, las grandes economías del mundo destinan una gran parte de su presupuesto a la investigación, grandiosos descubrimientos, sin embargo nada de esto ha servido para dar verdadera calidad de vida, superar la pobreza, aumentar el nivel cultural, ni mucho menos para que haya nobleza en las relaciones humanas de un pueblo

El Padre Ernesto María Caro escribía en una reflexión que vivimos en un mundo en el que se ignora la fe, en un mundo que ha sacado a Dios de todos sus ambientes con el pretexto de libertad y “pluralidad”. Lo hemos sacado de las escuelas, de los deportes, del gobierno, hasta de nuestras propias casas. Inclusive muchos de los que se dicen cristianos, tienen a Dios recluido cuando más a una visita llena de distracciones en la Misa dominical.

Cobra, pues, gran importancia la formación religiosa y moral para poder hablar de una formación integral de la persona. La pedagogía se convierte en una herramienta importante para transmitir la fe; es prudente adaptar en beneficio de la educación en la fe las técnicas de la educación en general, pero es importante tener en cuenta la originalidad de la fe. Cuando se habla de pedagogía de la fe, no se trata de transmitir un saber humano, aun el más elevado; se trata de comunicar en su integridad la Revelación de Dios.

Más adelante se dedicarán aquí algunas entradas para plantear el papel fundamental que juegan los padres, así como la escuela y la parroquia como apoyo a éstos en esta enseñanza de la fe.

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