mayo 04, 2009

Sábado de Gloria

El primer día de la semana, muy de mañana, fueron las mujeres al sepulcro llevando los perfumes que habían preparado, yo estaba con ellas ese día, llevaba varios días preparando el más delicioso perfume para ofrecérselo al Señor; pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con ropas resplandecientes. Estaban tan asustadas que no se atrevían a levantar los ojos del suelo. Pero ellos dijeron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando estaba todavía en Galilea: ‘El Hijo del Hombre debe ser entregado en manos de los pecadores y ser crucificado, y al tercer día resucitará’” y en ese momento recordé y comprendí las palabras y promesas que Jesús me había hecho.

Pasó tanto dolor, sufrió tanto por nosotros, cargó sobre Él todas nuestras culpas, tan grande fue su amor que aceptó la muerte y una muerte de cruz; pero esta noche junto con mis hermanos, he celebrado con gran gozo la victoria de su Amor sobre la muerte, el triunfo de su Resurrección.

Alguna vez escuché decir que Él todo lo hace nuevo, pero no sabía a qué se referían. Hoy con su Resurrección realmente me ha hecho nueva, pues junto con su Cruz murió todo lo que dañaba mi corazón y hoy que ha tomado su vida de vuelta, a mí también me ha dado nueva vida en Él.

No sé de qué se trata esto, pues ni siquiera he podido dormir en toda la noche! Mi cabeza no deja de dar vueltas porque no alcanza a comprender las grandes cosas que hay ahora en mi interior. Todavía no logro descifrarlo, pero estoy convencida de que el Espíritu Santo es quien iluminará mi alma para lograr ver todo aquello que Dios ha puesto en mi corazón y me guiará en la nueva dirección que he decidido tomar en mi camino.

EL SEPULCRO ESTÁ VACÍO!! ÉL VIVE!! Y YO TAMBIÉN!!


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